No esta en el lugar donde quisiera y por ende no sabe todo
lo que ya le debería haber entrado por los ojos y nutrirle lo suficiente un
conocimiento que aun no basta, tiene un cuerpo que no le sigue el ritmo, pero
como a muchas pequeñeces no le da relevancia, no se preocupa de donde viene,
porque si eso marcará su suerte tendría que amputarse la nacionalidad y hasta
el ADN, viene sin pretensiones , y si el esfuerzo es un valor entonces es el único
que la convence, se inventa en cada momento porque es una necesidad y de lo
poco que ha visto, andar en radicalismos le resulta la mayor estupidez, confía
en la sensación que le produce crear una historia y hacer lo que le venga en
gana con toda su composición, sin egoísmos de artista, porque encantarle los
sentidos a quien la recibe también es algo parecido a un placer; una ubicación
espacial que la traiciona, una miopía selectiva que resulta una cualidad y una
memoria que a las patadas, pero funciona.
Padece de pasiones momentáneas, pero le mete hígado a lo que
es necesario, no cree en milagros malvendidos, más si en las experiencias y los
raspones que se van sumando, porque de nada vale hacerse el loco con las
cicatrices, se debe hacer un recuento y mirar sin espasmos todo lo que ha
pasado y nos ha atravesado dejando marcas.
Viene de retazos y de disfunciones, de números que no
entraron ni con ovejas y mucho menos con reglas estrelladas en un brazo o pupitre, el gusto por la
noche viene de la misma mujer que la quiso traer, ella fue quien le enseño que
en la noche esta todo el silencio que se necesita, todo esto mientras la
abrazaba con una manta y hacia ensayos con la misma habilidad, un hombre que le
enseño que se puede montar a caballo en los hombros de alguien y que frenar una
bicicleta en seco es contraproducente, una mujer grande, su merienda y el patio
donde entre rendijas entraba el sol, eran su hora preferida; la escuela no
trascendido, la escuela estaba en la casa de su abuela, donde mujeres se
reunían en la cocina ha hablar sobre sus amores, intimidad y desaires, todo
esta filosofía mientras el lugar se inundaba de un olor a tajadas de maduro, en
esa cocina nació el feminismo, asegura ella; un hermano con quien no comparte
la misma sangre, pero si un gusto
apasionado por los carros a control remoto y las papas fritas, el quien le hizo
el préstamo más bonito, le presto
a su madre para que la criará.
Pero el encanto se fue igual que la manta y la bicicleta, cambio el cuerpo, las reglas y el mundo debajo de esas
rendijas y el sol se derrumbo, llego al lugar donde no pasa nada, pero en
realidad pasa todo, donde cada duda es el fin del mundo, esta etapa se titula:
El mundo contra mi, debió pasar por tres colegios, porque si, porque no se la
aguantaban, porque ella no se los aguantaba, porque que pereza las monjitas,
profesores de matemáticas que infundieron terror hasta el fin de la historia,
otros de religión que con refuerzos intentaron hacerla apta para una
canonización, uno de arte que le costo una frustración y divorcio temporal con
su creatividad, odia mucho a ese pelmazo, pero puede rescatar varios de
sociales que sin querer, le crearon una pasión que hoy todavía le atraviesa
todo el cuerpo, ni muy buena, ni muy mala, se movía en el mismo punto medio en
el que todavía anda; en lo demás pretendía más de lo que debía, le valía un
carajo la edad, pero la gravedad se encargo de zaparle el hocico en el
pavimento, presionarle el hígado y enseñarle que todavía no, que no, que se
calmará, estamos hablando de sus intrépidas hormonas y desastres.
Igual que lugares atravesó, ato y des-ato amistades, pocas persisten
después de tanto tiempo y distancias, pocas que rescata después de pasarlas por
el filtro de sus interés, filtros que se planto por sanidad.
Hace parte del cliché que no entro en la universidad publica
y sintió que su existencia no valía nada, luego resucito y busco un lugar donde
hacerlo, y ahora estudia en un lugar que no toma como propio, pero que resulta
ser su claustro de enseñanza y aunque se queja a menudo y recae en el
extremismo pesimista, debe agradecerle unos cuantos personajes que han
resultado bastante nutritivos, que le han pateado el trasero y han plantado
cuestionamientos; no se define, no
determina muchas cosas, no le apetece, solo quiere irse, no por huir, es
la necesidad de tener más opciones en las manos y un acto valido de rebeldía
con la comodidad, lo que más la revienta es escribir y la parodia esta en que
es lo que más desea hacer, todo esto y demás planes, están plantados en un: por
ahora, luego verá que pasa, como siempre.
Ana maría goez chavarriaga.
Ana maría goez chavarriaga.
Genial
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