SALIDA ENTRE AMIGAS
Una salida casual, todas las
amigas del colegio reunidas al fin con la amiga que tuvo la suerte de llegar a
otro país y quedarse en él, y mejor aún,
conseguir un gringo, el sueño de toda
soltera cuarentona que se siente fracasada por solo haber tenido hijos
maleducados y un marido que las dejó por
otra más joven y bella. Todos a la luz de una vela que mejoraba sus aspectos o traducía
sus arrugas, conversaban o al menos lo intentaban pues las traducciones con el gringo
se hacían confusas, cuando se hablaba de algún modismo muy propio de la ciudad.
La mesa de madera un poco
pequeña para tantas historias, soportaba en ella la botella insignia de la
cultura paisa, la música en vivo las hacia ahondar más en sus época glamorosa
en que las cremas no eran necesarias y conseguir un amor furtivo no se hacía
tan imposible. El lugar traducía una historia francesa muy conocida por su
valor católico, por la santidad que la misma protagonista representaba, la
doncella de Orleans, que estaba en los murales de aquel sitio y en lo rustico
del medio evo de las banderillas de sus baños; Mónica, percibió que aquel lugar
era el perfecto para entrar en ambiente, pues las luces tenues y los colores
marrones y rojizos de sus paredes, hacían de este un lugar romántico y mejor
aún un lugar donde no se podía apreciar los años que acumulaban entre todas,
nada que ver con la mujer luchadora y valiente que saco a los ingleses de
Francia sin importarle su aspecto masculino.
El nombre de aquella doncella
se podía ver en todas partes mostrando solo sus iniciales, en una clase de
signo en forma de escudo. Patricia y Lucía salen juntas al baño como en una
conspiración fatal para atrapar a el cantante que se robó el show esa noche,
una de ellas se acerca a la barra mientras la otra (Patricia), está en la sala
de operaciones, dícese de baño, aplicándose en el gran espejo con marco café el
labial rojo pasión y acomodándose sus pechos caídos por la bendita gravedad en
sus braceares se encaje, todo por la ocasión y por la desesperación. Habiendo
hecho esto de detiene a mirar los avisos parroquiales de obras teatrales, de
usar condón y de conductora elegida que el baño proporcionaba.
Lucia, mientras, esperaba en
la barra tratando de coquetear con el cantante. En un momento llegue a pensar
que alguna copa de vino que se encontraban encima de ella, me haría el favor de
caerle encima para que no continuara con algo que para ella era casual y para
nada desesperado. Patricia sale del baño y se acerca a Lucia haciendo el mismo
gesto como si fuera mecánico entre las mujeres con necesidades afectivas, en
ese momento no supe quien era más patética, para disimularlo pidieron una
canción al barman al frente del computador que más tarde se vería a través de
las pantallas de televisión que acompañaban algunas mesas incluyendo la de este
grupo muy particular.
Viéndose fracasadas
admiraron como último recurso una repisa encima de la mesa del cantante con
licores exhibidos de alta gama, el cantante solo les sonrió como a todos lo que
se le acercaban, pues su aire de grandeza y de artista frustrado de bares le
hacían creer que solo haciendo esta muestra de afecto y con su inigualable
aspecto físico, las tendría a sus pies. Ellas, desilusionadas un poco por no haber conseguido agarrar a este
hermoso espécimen, se sentaron de nuevo en su mesa a seguir torturándose con
los años “mozos”.
La nueva gringa y su presa
ya dominada decidieron que era demasiado tarde y no haría bien a sus
enfermedades crónicas, así que se levantaron de la mesa y se despidieron
amablemente como pudieron, las que se quedaban así se sintieron. Mónica,
Patricia y Lucia compartirían un rato mas admirando las melódicas prosas que el
cantante les interpretaba junto con su buen amigo sancho, el guitarrista, que también
captaba la atención de las mujeres con el síndrome de abstinencia del lugar. Ya
podían hablar de la feliz pareja que las había acabado de abandonar más
tranquilamente, sin disimular la envidia que las envenenaba por la tan buena
suerte de aquella gran amiga.
La mesera después de
escuchar al oído a un amigo del cantante que lo acompañaba esa noche, llevó dos
cervezas a la mesa de estas tres mujeres, ellas se emocionaron por tan buen
gesto, pero les pareció desconsiderado que aquel hombre hubiera mandado dos y
no tres, pero al fin habían capturado algo no importa que, algo. Mónica un poco
mas escéptica y con más conciencia de la realidad, miro a su alrededor y vio a
dos mujeres hermosas y jóvenes sentadas en la mesa contigua, tal como lo pensó
rápidamente en su mente, las cervezas eran para ellas y la mesera había
cometido un grave error, las había ilusionado. Luego de esto solo les quedo
admirar los cuadros abstractos y los candelabros que las acompañaban y pensar
que a pesar de tener sus añitos seguían vivas y alegres, además se tenían a las
tres para seguir riendo en lugares como este de lo que fueron y lo que son
capaces de hacer. Decidieron irse con las palabras “pasamos muy bueno
muchachas, esto hay que repetirlo”.
MELISSA RAMIREZ RESTREPO
Pilas con las tildes en el pasado, me gusta haces una mirada compleja
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