VIOLETA
Mi cosita
preciosa, mis bigotitosh, mi gorda, mi todo, gracias por llegar a mi vida en el
momento en el cual me sentía más sola, y en el cual mi corazón estaba
completamente destrozado. Te convertiste en parte de la familia y en uno de los
seres que más adoro en mi vida; te has convertido en mi felicidad de cada
mañana, al poder sentir esos bigotitos rosando mi cara como el mejor de los
buenos días.
A pesar de
que no puedas hablar, estás conmigo en los buenos y malos momentos, y aunque
eres pasada de mimada, grosera y dañina, siempre me recibes moviendo ese
mochito con una felicidad que nadie más la puede igualar, la misma que siento
al saber que siempre tendré a alguien que me espera para comer y sacarla a
hacer sus necesidades fisiológicas. La verdad no sabía a quién escribirle esta
carta, pero al ver esa ternura en tus ojitos no lo pude evitar, lástima que
nunca la leerás, pero aún así, mi amor por ti es inmenso e inigualable. Espero
que algún día arregle los muebles de la casa que dañaste por completo, y comprarle
a mi mamá todos los zapatos y ropa que destrozaste, pero no importa, eso son obstáculos
mínimos que nunca van a sobrepasar este cariño que siento por ti.
Te amo desde
el día que llegaste a mi casa, donde parecías un peluchito más sobre mi cama; sólo
quiero que sientas que te amaré hasta que mi vida termine, y creo que nadie
recibirá el amor que te doy cada día. Nunca olvides que me siento orgullosa de mostrarle
al mundo lo hermosa que eres (aunque la mayoría diga que pareces un murciélago y
que eres demasiado fea para existir).
Nunca
olvides que eres una de las razones de mi vida y creo que ya me pasé de melosa,
pero con algo tenía que rellenar esta mitad de hoja. Te amo infinitamente y por
siempre seré tu mamá de crecimiento.
Tú mamá, Lina Gallego.
Super
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