sábado, 18 de febrero de 2012


Descripciones

Teniendo que describir un lugar de mi alma mater, me propuse a buscar uno que no hubiera visto nunca, que se viera privado y confidencial, donde hubiera un letrero de solo personal autorizado. En su búsqueda me atrapó un sonido extraño, ruidoso y fastidioso, que no había escuchado antes o no me había detenido a escuchar. Me acerque a la puerta y sentí el olor a una especia de barsol o un dilusor muy fuerte, que junto con el sonido me dieron ganas de retroceder. Un tanque lleno de trapos y montañas de papel aguardaban la entrada, al fondo dos maquinas con rodillos enormes, llenos de granujas, manubrios y palancas, que se veían muy difíciles de manejar hasta para un mortal, el sonido era intermitente, cuando no era ruidoso se escuchaba al fondo música americana de los años 80’ que provenía de un pequeño radio con la antena hasta el techo detrás de las grandes maquinas, grandes monstros come papel que escupían tinta. Me acerque a otra máquina en una esquina que desde la puerta no se puede apreciar bien y me pareció más bonita y futurista, pregunte por sus funciones y de inmediato me transportó a la edad media cuando los reyes decapitaban a sus siervos, el papel es en este caso los siervos que deben ir a su destino. De este lugar solo se podía apreciar las mesas y las maquinas, no era un lugar muy alegre pero llevaban siempre un ritmo musical aunque ruidoso entre sus quehaceres.

Por: Melissa Ramirez Restrepo

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