viernes, 24 de febrero de 2012

A RITMO DE TERTULIA

                                                          A RITMO DE TERTULIA

Entre un café y otro se conocieron. Un lugar lleno de tradición envuelve una nueva historia que ascenderá quizás, a más de una conversación. Las fotografías alrededor me hacen pensar en cada uno de los que llega a este lugar. Pensar en la historia que empezó  y que aún perdura en el tiempo de la modernidad.

Sus sillas tan tradicionales y cómodas me trasmiten a una época en la que el amor se la jugaba en un todo por el otro. Hoy entran y salen como lo hubiese hecho mis abuelos en su época, tranquilos, serenos y sin  miedo de decirle al mundo que se aman, sin miedo a regresar al caos de una ciudad que crece día a día sin pensar en  cada uno de los segundos que dejamos de estar con ese ser que mas queremos, es entonces donde me veo y miro en mí a un ser sólo y frío que ha permitido que la vida pasa sin darse cuenta de esos pequeños pero llenadores detalles.

Ellos están ahí, el tiempo se congela, la tertulia amerita un café más, no se pueden marchar sin recordar que cuando jóvenes su historia se ligo a este lugar. Con sus manos llenas de sabiduría y experiencia él la toma de la  mano, ella, tan delicada pero a su vez llena de misterios, recuerdos que simbolizan el amor del pasado y es, esa experiencia que durante  55 años le permiten estar sentada como toda una dama frente a las memorias del pasado. Tras sus canas lucidas la energía de entender que el  placer de la vida, está en tomarse el tiempo y conversar de lo que pasó o de lo que hubiese pasado sí...  Sí un día no hubiesen tomado la decisión de dispersar sus caminos.

No se atormentan por nada. En un lugar tan cálido lleno de una historia que marca las pautas de la vida de aquellos que se han dado el gusto de pasar por esto, que se ha convertido más que en ladrillos impuestos por el hombre.
Un sonido al fondo refresca mi espíritu y quizás más el de ellos que durante décadas se han sentado ahí, en esa misma mesa con la única intención de congelar el tiempo y el espacio.

Molduras de lindas historias es el reflejo de  una vida que merece vivir la intensidad de las pasiones, bajo las conversaciones más tiernas a los puntos intelectuales más elevados. No es raro  ver la pasividad de algunos con la que toman su libro que pinta más de algunos años, pero que aún vale la pena leer. Pero esto solo será con la única intención que llegue su amigo, su camarada con una amistad de  más de 45 años y discutan las políticas sociales de esos tiempos y los viejos, en que los Rojos fueron vistos como los malos que marcaron la historia.

En este  club de abuelos que viven intensamente cada uno de los segundos que restan a su vida, es la ilustración más sabia de una vida cargada de energía que no se rinde frente a los grandes inventos modernos y es por esta caracterización  la máxima representación de unas generaciones que de manera apasionada cada día escriben su historia al venir a refutar lo que su compañero dice frente a la economía de su País.

Sindy Carolina Londoño Posada.

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