sábado, 19 de mayo de 2012

Czardas, otras miradas

Por: Juan Sebastián Delgado Gil
El hombre de negro

Había sido un día duro, mucho trabajo. El jefe me tenía desesperado, no me lo aguantaba, pero por ahora no tenía más opción, tenía que seguir en este empleo, no era del todo bueno, es mas, no era bueno, pero tocaba. Por fin acabó, me podía relajar. Llegué a la casa y ya no estaba ella, luego de casi un año de lucha, como me lo decía constantemente, se había cansado, era normal, igual me dolía, no tanto como con otras pero si. Decidí salir a relajarme, llegué a la esquina que siempre frecuentaba en momentos como este, como era temprano la mesa que acostumbro estaba vacía, no había ni comido, pero no tenía hambre. Solo quería respirar otro aire, sentir otro ambiente, ver otra gente. Y cómo no, acompañar mi noche de unas frías que menguaran mi “pena”. Pedí la primera, fría, amarga. Se empezaba a llenar. Nunca vine con ella. Con otras tal vez. No quería dañar mi lugar de reposo con sus recuerdos. Ya iba por la segunda. Pare un momento y salí, debía fumarme el primero de la noche, sobre la mesa, aún me esperaba, fría.
Ya por la cuarta, el lugar estaba lleno, el último en completar fue un joven, curiosamente estaba solo, raro a esa edad. Vi que pidió una cerveza. Se sentó a observar, primero me miró a mí, no me importó, no tenía ánimos de pensar en que otro me miraba, luego siguió guiando su vista hacia el resto. Hasta ahí supe, me aburrí de mirarlo. Sexta cerveza, la música no me ayudaba, aunque el lugar no me la recordara, esa canción si, fue la que sonó el día que tuvimos sexo por primera vez, como olvidarlo. Séptima. Decidí irme. La soledad me siguió.

Ella
Siempre me gustaba salir los viernes, no era una fecha especial, pero era un día especial, el llevaba una semana por fuera, un Congreso. Llevábamos año y medio de matrimonio, no ha sido perfecto pero estamos bien. Ya me hacía falta, mi cama lo extrañaba, mi cuerpo. Llegó al medio día, estuvimos en la tarde en la casa, mucho que contar. En la noche fuimos al bar donde nos presentaron, amigos incondicionales. Llegamos iniciando la noche, queríamos comer también. Los recuerdos rondaban. Comenzamos con algo suave, un par de cervezas. La noche caminaba. Las palabras cogían fuerza         . Nos besamos como la primera vez, similar, nunca como la primera. Ya entrando en la noche el bar se empezó a llenar. Parejas, señores, señoras. Todos de edades parecidas a las nuestras, quizá mas. Solo uno distinto, ese joven sentado en la esquina del bar. Desde que llegó, o por lo menos desde que lo vi, no ha hecho sino mirar para todos lados. Sospechoso, no le di importancia. Solo quería disfrutar la noche. Extenderla hasta el amanecer. Ya el trago era más fuerte. Lo sentía. Lo disfrutaba, me animaba. Aumentaba mi deseo por el. Ya no quería más bar, otro lugar. Le demostré mis intenciones, una mirada fue suficiente, me entendió. Salimos.

El
Había regresado, una semana por fuera. Ya extrañaba, mi casa. A ella, principalmente. Era la mujer perfecta, seis años de noviazgo, uno y medio de matrimonio. Feliz.
La tarde no nos alcanzó para hablar, queríamos seguir. Fuimos al bar donde la conocí, no puedo decir que fue amor a primera vista, pero si me interesó. Bella mujer, también por fuera, entre palabra y palabra, nos besamos, acariciamos, miramos. Todo acompañado por unos tragos, primero un par de cervezas, luego algo mejor. Vi mucha gente esa noche, nadie conocido, estaba lleno, como es costumbre. Miré alrededor de mi mesa, curiosamente a lado y lado, dos hombres solos, uno de negro, con cara de tristeza, al otro un joven acompañado de una cerveza, mirando, no se buscando a quien, o esperando. No tenía cara de tristeza, tampoco estaba aburrido, se notaba que disfrutaba del lugar, nunca lo había visto por acá, tampoco era que yo frecuentara mucho este lugar. Volví mi mirada a la mesa, fueron varios minutos distraído. Pasaba la noche, seguimos hablando. Ella ya no quería mas diálogo, sus miradas me decían que quería otra cosa, yo también. Salimos, otro lugar nos esperaba. La noche apenas comenzaba

No hay comentarios:

Publicar un comentario