En la película se plasma lo que
pasa en nuestra sociedad, donde la intención del progreso y las tecnologías que abarcan nuestra existencia,
nos moldean diariamente, invitándonos a participar de nuevas experiencias
similares a lo narrado en la película “El artista” que dio un gran paso del “cine
mudo, al sonoro”.
Esta historia narra la labor de George Valentin en el año 1927, un actor famoso
del cine mudo, que lastimosamente pasó por diversas circunstancias en esta sociedad
exigente que no se cansa de pedir más.
Para el ser humano es fácil
adaptarse, es fácil también creer que todo está bien, y que por esto tenemos confortabilidad y una comodidad sospechosa ante todo engaño, pues mas allá
de toda esta treta mental , se esconde el hecho de que el mundo gira, nosotros
giramos y cambiamos al igual que las condiciones sociales, culturales y
psicológicas, pero queremos pretender que no es así.
Nos es más fácil decir, yo sé
esto, yo soy bueno en esto otro, solo por no aceptar el hecho, el cual crea una brecha mental en nuestro universo,
el hecho de decir que las cosas cambiaron, que nada es igual significa la
tediosa y laboriosa tarea de tener que elaborar cosas nuevas, cosas
desconocidas, cosas que me implican esfuerzo, dedicación y practica, cosas en
las que tendré que crear nuevas conexiones neuronales, tendré que ser
estratega, “morir y renacer” como decía nietzche, todo para una simple cosa, funcionar,
encajar, y ser útil.
He aquí otra cuestión, el
significado positivista de esta posición en la cual yo, solo sirvo en la medida
en que se ven resultados, en la que es palpable y medible mi capacidad de ser
útil. ¿Util para qué?, volvemos a la cuestión central, útil para lo que
acontece en el cuadro cronológico de actividad en el acontecer social y
cultural de una sociedad facilista que se rehúsa a cambiar por pereza pero quiere
el cambio para hacer mas óptimo su desempeño social y su éxito personal.
Leidy Lan
Leidy Lan
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