domingo, 20 de mayo de 2012



EL ARTISTA. ANÁLISIS DE LA PELÍCULA

Confieso que no me llamaba la atención en lo más mínimo ver una película como El Artista. Solamente con el hecho de pensar que era una producción en blanco y negro y para completar muda, generaba en mi una sensación igual o peor que la que siento cuando madrugo a la universidad a recibir clase de 6. Sin embargo, para cumplir con la tarea y tener los elementos que me permitieran realizar este análisis, saqué poco más de la hora y 33 minutos que dura la película del director parisino Michel Hazanavicius. 
Después de haber visto la película y de superar los prejuicios que tenía con ella, considero que El Artista es una excelente producción. Ya entiendo porque fue elogiada con el título de “obra maestra” y resultó ser ganadora de 5 Premios Oscar en el 2012. Si quisiera hacerle someramente un análisis sociológico, diría que la historia muestra por un momento el papel que juegan los Mass Media desde la Escuela Funcionalista Norteamericana. La escena inicial en la que la desconocida Peppy Miller aparece con George Valentin frente a las cámaras fotográficas después de que ésta deja caer su cartera, pareció exponer una de las funciones de los medios de comunicación como conferidores de status. No obstante, el análisis que acá pretendo hacer tiene otra mirada. Considero que la historia y su argumento son simplemente geniales. Exponer a través de un relato dramático un momento trascendental para la industria cinematográfica como fue la transición del cine mudo al cine sonoro a finales de los años 20, convierte al filme de Hazanavicius en un homenaje al cine de otrora. Una distinción al arte cinematográfico anterior a la llegada del sonido, donde los actores tenían la compleja tarea de expresar a través de sus rostros y sus cuerpos la idea de un personaje. Una puesta en escena de vestuarios, escenarios, decorados, banda sonora e interpretaciones que aluden al cine que se realizaba hace casi 100 años de manera extraordinaria. 
Por todo lo anterior y quizás por otras razones que se me escapan, me permito expresar que ver El Artista es una experiencia única, magnífica. Pues tener la posibilidad de observar hoy en día una producción con los recursos cinematográficos de hace casi un siglo atrás y diferente al cine comercial de hoy que se preocupa más por el emplazamiento de las marcas en su narrativa, no puede tener otra denominación que no sea la de un verdadero espectáculo. A mi consideración El Artista es realmente una obra del arte cinematográfico.

Andrés Cañola G
Estudiante de Comunicación y Relaciones Corporativas

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