Un hombre que no sacia su apetito
sexual, esclavo de los deseos que su cuerpo le ordena saciar, busca refugio en
los cuerpos de las mujeres, pero cada vez más su deseo de lujuria lo tienta, le
ordena acostarse o ver con morbosidad a cada mujer bonita que se le atraviese
en su camino. En su búsqueda de mujeres aunque logre pasar la noche con una, el
protagonista se sigue sintiendo solo, vacio en su interior y lo más dramático
vacio sentimentalmente, el sexo puede ser una herramienta que una a dos
personas y que puedan llegar a amarse, pero también puede ser una herramienta
devastadora para el ser humano al ser tan cotidiano, enfermizo y tan vacio, que
puede caer en la rutina y no disfrutar plenamente de él. Cada mujer puede
llegar a ser diferente en el instante, la manera de abórdalas puede ser
diferente pero en el momento crucial donde disfrutan del acto sexual se
convierte en algo tan cotidiano que al
finalizar el protagonista se pregunta qué ha pasado, que no logra llenar esa
soledad que lo acoge. Aunque la intención del director es mostrar que el mundo
cada vez va orientado a lo sexual, tener relaciones y sexo anónimo es lo que
hoy se vivencia en las sociedades. Proliferación de enfermedades y un sinfín de
cosas que puede traer consigo la destrucción del ser. La poca estabilidad de
las parejas y que la sociedad ya no piensa con el cerebro sino con los
genitales y las ansias de nuevas experiencias sexuales.
Hecho: Juan Esteban Londoño
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